Dr. Vicente Valdivieso D. :

“Acreditación de los Programas de Especialización 2010 – 2015”

Tras 7 años de trabajo, la Agencia Acreditadora de Programas de Posgrado de Especialidades en Medicina y Centros Formadores de Médicos Especialistas, APICE, realizó una autoevaluación que el Dr. Vicente Valdivieso, Secretario Ejecutivo de la agencia y académico de número de la Academia Chilena de Medicina, presentó en la Sesión Ordinaria realizada el 1 de junio.

Luego de revisar el trabajo de estos años, concluyó que, si bien la contribución de APICE ha sido de utilidad para el mejoramiento de los programas de pos título, aún hay materias en las que trabajar y avanzar para mejorar el aporte de los especialistas en beneficios de la salud de los chilenos.
APICE, fundada el 2008 por ASOFAMECH con la colaboración del Colegio Médico de Chile, ASOCIMED y la Academia Chilena de Medicina, nació con el objetivo de evaluar y contribuir a mejorar la calidad de la formación de los médicos residentes, mediante la acreditación de los programas de especialidades, así como de los centros asistenciales en los que ellos se forman.

Dentro de los muchos atributos de contar con un sistema de control de calidad de los programas y centros formadores de especialistas para Chile, el Dr. Valdivieso destaca que la acreditación favorece de manera importante a las universidades que se someten al proceso. “La acreditación tiene la ventaja de conseguir la preferencia de los mejores alumnos egresados del posgrado y crea una visión favorable sobre la propia institución, ya que mientras más programas acreditados tiene, más favorable va a ser su propia acreditación y su imagen pública”.
Desde inicios del año 2010, 15 facultades de medicina han presentado al menos un programa de especialización para ser acreditado por la agencia. Hasta fines del 2015, APICE había suscrito 157 convenios para estudiar la acreditación de alguno de los 255 programas de formación ofrecidos en conjunto por dichas facultades (177 especialidades primarias y 78 en especialidades derivadas).

Los consejos acreditadores de la agencia habían emitido 127 dictámenes: 124 acreditando el programa y 3 mejorando la acreditación. 22 más se encontraban en proceso de acreditación. Durante 2014 y 2015, APICE mantuvo un promedio mensual de 29 programas en proceso, lo que demuestra una actividad continua y productiva.

Reflexión de un Sistema de Salud en Red para Chile.
Entre los programas de especialidades primarias acreditados con mayor frecuencia se encuentran Pediatría General (9 de 14); Medicina Interna (7 de 12); Cirugía General (5 de 12); y Gineco-Obstetricia (9 de12).

Un especialista bien formado en un programa de especialidad primaria debidamente acreditado, es capaz de resolver satisfactoriamente la gran mayoría de los problemas que le plantea la consulta de los pacientes “expresó Valdivieso, y con esta frase inició una reflexión sobre el orden que debería tener a su juicio, el Sistema Público de Salud. “Hay un divorcio entre los que los jefes de servicio a menudo solicitan en materia de especialistas, con lo que los programas de formación les pueden ofrecer”.
Este divorcio se refleja también en la opinión pública. Cuando la gente habla de “un especialista”, no se está referendo a un médico internista o a un Pediatra General…de lo que está hablando la gente es de un nefrólogo, o un cardiólogo o gastroenterólogo, etc.”

El Dr. Valdivieso señaló que esa forma de pensar proviene del sector privado de la salud, en el que con frecuencia un paciente mayor de 60 o 70 años suele ser atendido por 3 o 4 médicos diferentes, por distintos motivos de consulta.

No es raro percibir el enredo que el paciente tiene en su cabeza con las recetas de sus diferentes especialistas. Además, el costo que esa costumbre tiene, puede ser muy alto. Esta forma de atención proviene especialmente de los Estados Unidos, donde el costo nacional de la Salud ya sobrepasó el 18% del producto geográfico bruto”, puntualizó. En dicho país, gran parte de ese enorme gasto se debe al uso irracional de exámenes de laboratorio y procedimientos terapéuticos. “Lo que se puede deducir es que si existe un sistema que no debe funcionar de ninguna manera en el sector público de nuestro país, es ese. Nosotros requerimos de un sistema de atención de nivel secundario, que funcione entre los consultorios de atención primaria y los centros de nivel terciario (Centros de Diagnóstico y Tratamiento o CDT) vecinos a los grandes hospitales”.

Finalmente, su proposición es que para el nivel primario de atención se le dé prioridad a la formación de especialistas en Medicina Familiar, mientras que en el nivel secundario estén presentes el internista, el pediatra general, el Gineco-obstetra y el Cirujano general para los procedimientos que se puedan realizar ambulatoriamente. En este nivel secundario, se puede agregar el apoyo diagnóstico de exámenes de alta y justificada demanda, como son por ejemplo la ecotomografía y la endoscopía digestiva. Y para el nivel terciario, el hospital general y su CDT, para los exámenes y procedimientos más complejos, propios de las especialidades derivadas. “Si se estableciera un nivel secundario en red como el que estoy proponiendo, debiera mejorar la resolutividad del nivel primario, disminuirían las consultas de urgencia, las hospitalizaciones, los exámenes de laboratorio y otros procedimientos de diagnóstico, que hoy significan un gran costo para el sistema público de salud”.

Al término de la reunión, el Dr. Humberto Reyes, Presidente de la Academia Chilena de Medicina, destacó que es un motivo de orgullo ver que en nuestro país se ha constituido un sistema de control y de estímulo de la calidad de los programas de formación de pos título en medicina: muy pocos países de Latinoamérica cuentan con algo parecido. “Es un motivo de orgullo como chileno y para nosotros como miembros de la Academia, que ésta haya tenido una participación tan destacada en su género, impulso y desarrollo”.

Sin perjuicio delo anterior, hay mucho camino que recorrer para mejorar los estándares de calidad en salud para nuestra población. Existen facultades de medicina que forman especialistas mediante programas no acreditados, de conocimiento y capacidades inciertas; un número importante de personas, especialmente de los estratos socioeconómicos más bajos, son atendidos por médicos extranjeros, generales y en algunos casos especialistas, que no presentan certificado alguno de calidad. La Academia Chilena de Medicina, cumpliendo su misión de ser “la conciencia de la medicina Chilena” no cejará en su tarea de proponer caminos para avanzar en estas y otras materias que afecten la salud de nuestra población.